martes, 24 de abril de 2012

TIRED. CHAPTER XVI. VUELTA A EMPEZAR.

"And make everything alright, If you were in this arms tonight..."

El paisaje se abría ante ella como un gran abismo al que había que entrar sí o sí. No cabía otra posibilidad, las navidades habían terminado y aún quedaba un crudo invierno por pasar en Valladolid. Conducir la relajaba, pero el hecho de volver a las clases, a la rutina, a un piso ruinoso que se caía a trozos, a deshacer la maleta, los exámenes,..., era realmente tormentoso. Sin embargo, las ganas de ver a las chicas la tranquilizaba y hacía que aligerase el paso pisando el acelerador más a fondo. Después de una hora y media de viaje, Carol contempló aquella fatal realidad: Valladolid lucía en el crepúsculo con su niebla mortecina y su intenso frío de enero.

La casa estaba completamente congelada. Lo primero que hizo Nacho fue acercarse al termostato para subir la temperatura a algo más de 20 grados y que su friolera compañera de viaje dejara de quejarse por las odiosas temperaturas de Valladolid. De repente, Aleyt notó que algo vibraba en su bolsillo y sonaba la pegadiza canción "Old time rock´nd roll". Se alegró por la llamada y contestó:
- ¡Aloha cazurros!
- ¡Feliz año, imbécil! jajaja - sonó al otro lado de la línea.
- ¿Qué tal, hermosa?
- ¿Tú que crees? Estoy en Valladolid, reventada, es sábado... ¡Pues mal!
- Jajaja, ¿y eso que has venido tan pronto? ¿Están Ana y Vic también? - Preguntó Aleyt, contenta por tener ya plan para la noche.
- Sí, aquí están. ¿Vienes luego?
- Claro, habrá que abrir los regalos que los reyes os han dejado en mi casa.
- ¡Bieeeeeen! ¡Hasta ahora!
- ¡Oye Carol!, ¿os apetece cenar en la Santta?
Aleyt oyó como Carol gritaba con su vocecilla a las otras dos pipiolas.
- Que dice Ana que sí, Vic no sabe.
- Vale, ahora voy a por vosotras.
- Adiós.
- Ciao.

Era evidente que Genaro ya había llegado a casa cuando abrió la puerta. En este caso, el piso estaba caldeado, creando un ambiente mejor de lo que esperaba encontrarse. Ross saludó esperando una contestación, pero Genaro prefirió darle un abrazo y felicitarle el año de esta forma. Ambos pasaron al salón para contarse lo que habían hecho durante las navidades, y ambas versiones se parecían bastante, cambiando la zona geográfica. Genaro había visto a Pelayo durante las vacaciones y allí seguía, intentando trabajar en aquello que adoraba en su Asturias natal. No parecía llevar una mala vida, mientras que él tenía que continuar en Valladolid con su exitoso programa de radio y pasando frío hasta aborrecerlo. Pero eso ni siquiera importaba a Genaro, siempre estaba rodeado de buenos amigos con los que tomar una caña y echar una o varias risas. Pero nunca pensó que iba a conocer muy pronto a alguien que cambiaría su vida por completo...

Antes de pasar a recoger a las chicas, Aleyt y Nacho hicieron una primera parada en la Plaza de San Juan para recoger a su pequeña... gatita. A la vez, felicitarían la entrada en 2012 a Ofelia, persona que hacía mucho tiempo que no veían. Cual fue su decepción cuando quien abrió la puerta fue la madre de Ofelia, que les deseó lo mejor en este nuevo año y les explicó que Ofelia había quedado para ver a Gonzalo. "Se estarán reconciliando de nuevo", pensó Aleyt.
- Muchas gracias por haber cuidado a Sugus.
- De nada corazón, cuando necesitéis algo, ya sabeis donde estamos.
- Adiós.

La alegría de volver a encontrarse fue tal que casi se matan a besos. Allí estaban de nuevo, bajo la espesa niebla, lo que quedaba de la Élite Labouré.
- ¡Para lo que hemos quedao, eh!- Dijo Aleyt en un perfecto manchego.
- Bueno, ¿qué sabéis de Louise?- Preguntó Sara, que también acababa de llegar y se apuntó a la cena.
- Poca cosa... Allí seguirá en medio de las montañas cántabras. Igual esquiando, no se pega mala vida.- Contestó Ana agarrada a su Blackberry.
- ¿Con quién hablas ehhh? - La espetó la cotilla de Vic.
- Con Iván, creo que viene esta noche.
- ¡Uy! Así que... MAAAAAAAAMBO.
- Espero... jajajaja. - Contestó Ana con una sonrisa. Estaba tan feliz con Iván que no se lo creía.
Llegaron a su sede habitual a tomar unas sangrías y a ponerse finas para la ocasión. Incluso el camarero se unía espontáneamente a la juerga...

Louise seguía en casa, mirando la nieve por la ventana y pensando cómo sería tener que volver ahora mismo a Valladolid. Echaba de menos a las chicas pero allí estaba mucho mejor, primero por la economía familiar y después porque lo tenía todo: su familia, su chico, su perrillo,... Este año se había propuesto aprobar el curso limpio y así poder pegarse un verano de lujo, pero el hecho de ponerse delante de los libros la sacaba de quicio. Mario entró en la habitación para despedirse. Las dos familias habían comido en casa de Louise pero ya se acabó, era tarde y la nieve empezaba a cuajar de verdad. Al ir a darle un beso, Mario notó que Louise estaba llorando.
- ¿Qué te pasa?
- Nada... Estoy bien.- Contestó Louise enjugándose las lágrimas.
- ¿Seguro? ¿Nostalgia post-navideña?
- No he recibido ni un mensaje de las chicas, ni siquiera por el tuenti.
- Bueno cariño, habrán estado haciendo cada una sus cosas, llámalas algún día.
- No sé, yo creo que se han olvidado de mí.
- Puede que no se acuerden de tí a cada minuto, como yo jaja, pero habrá miles de pequeñas cosas que les recuerden a ti. Lo mismo te pasará con, no sé,... ¿Este llavero?
Allí estaba, un recuerdo de Aleyt. Mario tenía razón, con vidas así de separadas no se podía mantener el contacto tan fácilmente, pero aquellos pequeños recuerdos al menos la hicieron sonreir.

miércoles, 11 de enero de 2012

PRÓXIMA PARADA: TERUEL. Bodas de Isabel de Segura 2012



CARTEL DE LAS BODAS DE ISABEL DE SEGURA 2011.



ENTIERRO DE DON DIEGO DE MARCILLA.



GRUPO MHODA EN LA TABERNA FLANAGAN´S, SEDE DE LA COMPAÑÍA ALMOGÁVAR DE TERUEL. 2011.



TORRE MUDÉJAR MEDIEVAL DE ESTRUCTURA CRISTIANA. SIGLO XIV.

martes, 10 de enero de 2012

MARCHE AU FLAMBEAUX. CARCASSONNE.





2 - 4 DE DICIEMBRE DE 2011. VIAJE A CARCASSONNE DE LA COMPAÑÍA ALMOGÁVAR "MHODA" (Mercenarios Hostiles de Almansa). PARTICIPACIÓN EN LA MARCHA DE LAS ANTORCHAS, ORGANIZADA POR TELETHÓN (Asociación que colabora con la investigación de enfermedades extrañas).

- CARCASSONNE Y MARCHE AU FLAMBEAUX.
- VISITA A MURET, HOMENAJE A PEDRO II DE ARAGÓN.
- VISITA A TOULOUSE Y A LA BASÍLICA DE SAINT SERNIN.
- ANDORRA.

martes, 14 de junio de 2011

TIRED. CHAPTER XV. NO HE VUELTO.

"Vanilla Twilight"...

La vela se consumía poco a poco, y reflejaba una triste luz a través del cristal verde...
Sonaba una canción, de notas tristes y nostálgicas.
Y Aleyt estaba sentada frente al ordenador, sin hacer nada. Sin más. Entraba en tuenti, y no tenía nada verde; entraba en Facebook, y la misma historia. Ni siquiera tenía un triste correo electrónico.
Estaba pensativa, y sí, otro año más había pasado, y el que se iba lo hacía sin pena ni gloria. Demasiados cambios, demasiadas desilusiones. Personas que desaparecían como si las tragase la Tierra, aunque por suerte aparecían unas nuevas. Siempre bienvenidas.
Sí, el curso 2010/2011 pasó desapercibido.
Y repasó una a una todas ellas...

Con Nacho todo seguía igual, cada día lo quería más. Gracias a él, Aleyt pudo superar muchos baches a lo largo del año. Y seguía mimándola y recordándole día a día lo mucho que la amaba. Ella también estaba preocupada por él. Nacho se iba del piso en el que vivía con sus amigos, aunque no de la manera que le hubiese gustado. Estaba claro que era una persona extraña, pero también merecía un poco de cariño, un "por qué" en las razones que le llevaron a esa decisión para poder expresarse con sinceridad con todos ellos. Pero también le privaron de aquello. Aleyt entendía ambas partes, pero mataría por defender a Nacho. El amor... Y la tristeza de un verano sin poder verse... Cuando pensaba en ello, las lágrimas de Aleyt afloraban sin querer...

Por otro lado estaba Silvia. Otra persona a la que quería con locura pero a la que no podía ayudar más de lo que la ayudó. Aleyt sabía que en algún momento había chocado con Silvia sin motivo, o quizá el fallo estaba en no decir las cosas desde el principio. Llegó a pensar que se había equivocado al elegirla como compañera de piso, pero no era cierto. A pesar de los problemas, Silvia era una chica muy dulce, y realmente le daba muchísima pena que la decisión final de Silvia fuese regresar a la residencia. Le deseaba mucha suerte, aunque podrían seguir viéndose.

La misma suerte no parecía correr su relación con Louise. Louise se marchaba de Valladolid... Echaba de menos su casa, su familia, a Mario... Además de que la relación entre ellas mismas se había enfriado. Aleyt estuvo pensando, y a Louise le tenía un cariño especial. Fue a la primera que conoció cuando llegó a la residencia, vivieron muchos días de fiesta juntas, días de convivir a todas horas... En fin, Louise en sí era especial, y sabía que podía contar con ella cuando quisiera. La echaría de menos, mucho. Pero las cosas a veces no son como a uno le gustaría.

Pero Sara sí que se quedaba. Es más, Aleyt se alegraba de que se quedase en la residencia con Silvia, al menos se tendrían la una a la otra y seguiría habiendo una unión entre la residencia Labouré y ellas. Alguien tendría que poner firmes a las novatas nuevas. Sara estaba mucho más relajada, y parecía que se había abierto a los demás, ya no era tan desconfiada como antes. Era otra de las personas a las que Aleyt le tenía un cariño especial, puesto que, con Louise, vivieron momentos al principio de llegar muy especiales y que no olvidarían en la vida. Esperaba que siguiera adelante y que no parase hasta conseguir lo que desease.

Y claro, no se podía olvidar de Carol. Carol era para Aleyt algo más que una amiga, era como una hermana. Conocía todo sobre su vida, quizá porque ambas nunca se negaban el ir a visitar la Santta María una vez por semana como mínimo y ponerse al día. Aunque no conseguirían los mismos objetivos profesionalmente, sabía que Carol podía con el periodismo y con mucho más. La echaría mucho de menos en verano, aunque esperaría su visita en agosto, y pasárselo igual o mejor que el año anterior cuando la visitaron.

También se acordó de Ana. Ana parecía una chica muy dura, pero jamás se había cruzado con una persona tan dispuesta a escuchar y con tan buen corazón. Ana también se había enamorado, o eso parecía, aunque al principio no quisiera admitirlo. Le deseaba mucha suerte en sus exámenes, que se esforzase más en aprobar y así poder verla también en agosto junto a las demás. El alcohol "corría de su cuenta".

Y como no, la pequeña Vic también tenía un hueco en los pensamientos de Aleyt. El año con Vic había transcurrido normal, como si no hubiera pasado nada. Las visitó muchas veces a Silvia y a ella en su piso, y además el curso siguiente iría a vivir con Carol y Ana a un bonito piso en el centro de Valladolid. Esperaba que no se alcoholizasen demasiado y que su cada no pareciera una piscina de tintos de verano. El año para Vic había sido relativamente bueno, y era una visita asegurada al levante español en agosto. Habrá que perseguir y reirse de muchos canis.

Por otra parte, Aleyt también se acordó de los chicos del piso de Nacho. Ellos también eran muy especiales para ella, y temía que la juzgasen mal, que pensaran que ella había convencido a Nacho para marcharse del "caótico" piso. Genaro seguía igual, más o menos, pero se habían visto mucho menos, ya que ella dejó de pisar el piso cuando se marchó al suyo propio, además de que este año tenía que ponerse las pilas y las salidas, etc., etc. debía de dejarlas para otro momento. De todos modos, sabía que podría contar con él, seguían confesándose cosas y esperaba que él la tuviera en cuenta y se acordase de ella muchos años más. No le gustaría perder el contacto con él, porque de algún modo, había vivido bastantes cosas juntos. Con Ross la relación se había enfriado, lo encontraba más distante que el año anterior, y sobre todo con Nacho. Parecía como que no querían llevarse bien, aunque en realidad esperaba que no fuese así. Entendía la presión a la que el pobre chico había estado sometido, pero a veces se había sentido incómoda a su lado, sin ni siquiera poder mirarle a los ojos. Esperaba que tuviera mucha suerte con todo.

Y había alguien, relativamente lejos, a quien echaba mucho de menos: Pelayo. Se acordaba bastante de él, sobre todo en clase, porque alguna vez le hubiera gustado tenerle cerca para preguntarle por complicados sistemas de sustentación de algunas arquitecturas que estudiaba. Aquel chico se merecía lo mejor, por ser tan bueno tanto como persona como profesionalmente. Esperaba que saliese de la pequeña Asturias para incorporarse a proyectos que estuvieran más allá de sus propias fronteras.

Y de entre las personas que quería en Valladolid, estaba Ofelia. Ofelia tenía un carácter difícil, complicado, aunque Aleyt la comprendía perfectamente. No se explicaba por qué, pero a las personas como ellas, probablemente de una tierra muy diferente a esta, las cosas les afectaban más. Los sentimientos afloraban más rápido, se sentían con ganas de llevar sobre ellas demasiado peso del que podían aguantar y los de su alrededor esperaban demasiado de ellas, y por eso fallaban tanto. Por eso comprendía a Ofelia en sus problemas, porque los sentimientos podían con la razón. Y esa era la causa de sus dudas y sus desanimos, aunque parece que conforme llegaba la hora de volver a casa, este aspecto de iba suavizando. Esperaba que nunca más Ofelia la llamase para decirle que se planteaba marcharse de Valladolid.

Con todos estas vueltas que da la vida, a Aleyt se le hizo la hora de cerrar su maleta. Llegaba la hora real de marchar a casa y archivar todos los buenos recuerdos y borrar los malos.

MUCHA SUERTE A TODOS. TIRED SE DESPIDE.

domingo, 13 de marzo de 2011

TIRED. CHAPTER XIV. VUELTAS A LA NORMALIDAD.

"Este año no puedo acudir a la cita..."

Silvia estaba mucho más feliz porque esa semana iba a casa. La esperaba en el andén su amiga Luci, ya con los disfraces de carnaval en una bolsa.
Durante el trayecto del viaje, Silvia fue pensando en el amor. Últimamente andaba dándole vueltas a su relación con un chico que conoció en el camping de Suances. Él era de Valladolid, muy simpático, atento, y con dos pegas: era del Barça, y compartía su vida con otra persona. Aún así, él era majísimo con ella, y quedaban, y se veían, y hablaban y daban eternas vueltas en un BMW.
- ¡Silviaaaaa!
Luci se lanzó a abrazar a su amiga. La echaba de menos, al igual que Silvia a ella, a pesar de que este año se veían mucho más que antes.
- ¡Hola! ¿Qué tal?
- Bien, acabo de ir a comprar nuestro disfraz para el sábado.
- ¿Ah sí? ¿Y de que nos vamos a vestir?
- De pilinguis de los años 20.
- ¿No dijiste que de momias?
- No me compares... He comprado unos antifaces, unas pelucas y unas boas. Imagina el vacile a la gente que conocemos que no van a saber quiénes somos.
- Mmmm... Me gusta el plan. Jajaja.

De camino a casa de Silvia, Luci le dejó coger su coche y comenzaron a charlar sobre cosas varias.
- Oye... ¿Y con el chico de Pucela qué tal?
- Bueeeno... Podría ir mejor.
- ¿Por?
- Pues porque no entiendo qué es lo que quiere de mí, Luci... A ver, yo estoy muy a gusto con él, hemos salido a tomar algo varias veces, e incluso el otro día vino al piso a ver una película conmigo. Estuvimos abrazaditos mientras la veíamos... En fin.
- Pero Silvia... ¿Por qué no le preguntas que qué pretende?
- Eso mismo me dijo Aleyt, pero no se, es que me da miedo soltarle esa pregunta y que me conteste, y no me guste la respuesta, o simplemente, que no volvamos a vernos. No se, es una de las cosas que más de anima para seguir estando en Valladolid medio a gusto.
- Pero Silvia, ¿me puedes explicar qué te pasa con Valladolid? Si a ti te encanta la carrera, te gustaba estar allí... ¿Es por el piso?
- No tía... Joder es que no lo se. No tengo ganas de hacer nada. Estoy vaga, vaga, vaga y vaga. Odio madrugar, con éstas bien, pero no es lo mismo, Aleyt está todo el día con Nacho... No se, a veces me arrepiento de haberme ido de la resi, pero por otro lado sé que si me hubiera quedado, no lo habría aguantado más.
- Bueno Silvia, estamos llegando. Así que sonríe.

Y eso tuvo que hacer, aunque últimamente ya pasaba de fingir y de ocultar sus sentimientos.

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Ross estaba desayunando tranquilamente cuando Genaro irrumpió en la cocina.
- Buenos días.
- Hola.- Contestó Ross con voz tímida y dormida todavía.
Genaro se sirvió un café. Bueno dos, para llevarlos a su habitación. Inés todavía estaba dormida en su cama y le preparó otro café para ella.
- Estoy un poco harto de la situación...
- ¿Qué situación?- Preguntó Ross.
- No sé, a mí estas cosas no me preocupan la verdad, pero lo de Nacho, que no esté ya por aquí... Es que nada.
- Bueno, que haga lo que quiera. Yo ya le dije lo de las tareas.
- No me refiero a las tareas Ross.
- ¿Entonces?
- Lo de las tareas es una cosa secundaria, y me parece un poco estúpido mosquearnos por esas cosas.
- Bueno, pues entonces que cada uno haga lo que quiera y a ver qué tal funcionamos en el piso.- Ross empezaba a sentirse molesto.
- No te ofendas Ross, no lo digo por tí ni por el cuadrante ni nada. Pero me da la sensación de que Nacho se va a ir del piso.
- Pues que se vaya, que haga lo que quiera... Para lo que está aquí... Que se vaya con Aleyt, que no se separan ni un minuto.
Genaro empezó a lamentarse por haber hecho ese comentario... Y prefirió zanjar el tema.
- Esta noche es carnaval, y Aleyt quería que fuésemos a su casa, ¿te vienes?
- Tengo mejores cosas que hacer y de más provecho.

Genaro nunca había tenido un "enfrentamiento", ni tan leve con nadie, y se sentía algo extraño. Fue a su habitación a despertar a Inés, que dormía plácidamente.
- Buenos días.
Inés esbozó una leve sonrisa y lo miró a los ojos.
- Te he preparado un café.
- Gracias...
- ¿Te vas ya?
Inés se había levantado de la cama y se vestía con rapidez.
- Sí... Muchas gracias por dejarme dormir contigo, ha sido genial.
- Ya era hora de que te quedases.
- Sí, estoy muy a gusto contigo.
- ¿Vienes esta noche a casa de Aleyt?
- Bueno... ¿Por qué no? ¿Le importará?
- No lo creo.
- De todas formas luego hablaré con ella.
Se despidieron y Genaro se olvidó por completo de todo.

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Aleyt estaba harta de las explicaciones de clase. Llevaban ya cuatro horas sin parar de escribir, la cabeza le dolía, y estaba deseando salir de allí para marchar a casa y descansar un poco.
Además de que el día estaba siendo duro, tenía la cabeza también en la noche de carnaval, en qué se iba a poner, y distracciones varias.
Al salir, Laia quería hablar con ella.
- Aleyt... Siento por tí y por Nacho lo que pasó el otro día en tu casa.
- Bueno, no pasa nada, todos perdemos los nervios alguna vez ¿no?
- Sí... Es que llevaba el día muy malo y lo último que me esperaba era que Silvia me tocase las narices de esa forma.
- Bueno Laia, mejor olvídate y echa tierra de por medio hasta que se os pase.
- Lo siento mucho Aleyt, pero yo no pienso volver a hablar con Silvia nunca más, ya han sido demasiadas discusiones con y no quiero tener nada que ver con ella.
- Es tu decisión y la respeto...
- ¿Seguro que conmigo no te pasa nada?
- Qué va Laia, es que es todo... Estoy cansada, me duele la cabeza, tengo ganas de ir a casa... Es horrible.
- Bueno, más o menos nosotros somos como tu familia, eso ayuda ¿no?
- Claro que sí.
Y Aleyt abrazó a Laia con la mejor de sus sonrisas.

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Carol andaba por la residencia buscando un vestido que ponerse para el lunes de carnaval. Pero el que se había comprado esa mañana, de bruja, según ella le quedaba como una patada en el culo.
Fue a coger el móvil para ver si Aleyt se iba a disfrazar finalmente de Mimo cuando había recbido un mensaje de un antiguo compañero. Lo de antiguo era porque no pisaba apenas por clase.
Era Xoel, quería quedar con ella para tomar algo el fin de semana, y ya de paso, quedar un día para ir a cenar a casa de Aleyt.
Se sorprendió porque hacía tiempo que no sabía nada de él.

Y se puso guapísima para ir a su encuentro.


jueves, 10 de marzo de 2011

TIRED. CHAPTER XIV. VUELTAS A LA NORMALIDAD.

"No se puede guardar el agua del mar en un vaso de cristal".

Aleyt regresó de clase con una mueca triste en la cara.
Acababa de dejar a la última persona que igual vería en todo el fin de semana. Había ido con Gabi a olisquear por el interior de la Catedral de Valladolid y observar el retablo del altar. Y la única conclusión a la que había llegado era que pertenecía al escultor Juan de Juni por una cartela que lo expresaba tal cual. "Qué triste, perder el tiempo de esta forma...". Pensó.
Pero hoy no era el día de ponerse a buscar Santos y Profetas, ni era día para salir, ni día para hablar, ni cocinar, ni estudiar, ni siquiera pensar.
Sólo necesitaba llorar. Sí, necesitaba agarrarse a la almohada que olía a Nacho y llorar y llorar, echándole de menos, echando de menos a su familia y a sus amigos.
Y a su perro.

Incluso echaba de menos a Silvia, a pesar de que estuviese en la habitación de al lado. Estaba preocupada por Silvia, más que por ella misma y no lograba entender por qué quería marcharse a casa día tras día. La situación desbordaba a Aleyt, y eso hacía que se quejase sin parar.
"Algún día, éstas me mandaran a la mierda..." Pensó acordándose de Carol, Ana, Vic, Louise y Sara...
A ellas también las echaba de menos, incluso se arrepentía de haberse ido de la residencia. En estos momentos de bajón le hacía falta el abrazo de Carol, el ánimo de Ana o la comprensión de Sarita.

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Al otro lado del tabique, Silvia se lamentaba porque su vida no estaba siendo precisamente como le gustaría... No advirtió la presencia de Aleyt, y mucho menos podría imaginarse que estaba igual o peor que ella... Y por esa razón decidió ir a verla.
Aleyt se sobresaltó cuando oyó la puerta.
- Pa... Pasa Silvia.
- Hola...
Se hizo un incómodo silencio.
- Aleyt... ¿Qué te pasa?- Silvia se preocupó de verdad.
- Nada tía, el día... No doy más de mí...
- ¿Echas de menos a Nacho?
- Se fue esta mañana, no me ha dado tiempo a eso...
Pero Silvia la conocía y sabía que, en mayor o menor medida, Aleyt se sentía desprotegida y sola. Tener a Nacho a un lado era muy reconfortante, y, bajo su opinión, había veces que incluso se aprovechaba de él.
- Anda vamos a comer ¿vale? Aunque yo tengo el estómago revuelto.
- ¿No fuiste a clase?
- No, tía... Es que... Ai no se, no tengo ganas de nada... - A Silvia empezó a rodarle una lágrima por la mejilla. Y Aleyt olvidó sus problemas e intentó que la cántabra se animase. Le partía el alma verla así día tras día y no poder hacer nada.

Todos sus recursos se agotaban...
Y Aleyt se ignoraba a sí misma...

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En un alto edificio encima del Pisuerga, Ofelia jugueteaba con su boli mientras intentaba estudiar. No lo conseguía debido a la atenta y profunda mirada de aquel hombre que le había robado el corazón, y ahora iba en serio.
Saltó del taburete como un mono, y se abalanzó sobre el sofá encima del atlético cuerpo de Gonzalo... Seguida por Kira...
- ¡Ai niña! Me hiciste daño...
- Anda no te quejes, si peso lo mismo que un pajarito.
- Por eso, porque eres toda huesos.
- ¿Huesos? He engordado...
Gonzalo la miró con cara de circunstancia...
- ¿Engordado? Por favor Ofe, te levanto con un dedo.
- Jajaja.
- Y que sepas, que tienes algo precioso por aquí detrás...- Gonzalo agarró con cariño el trasero de Ofelia, a lo que ésta se sobresaltó y saltó del sofá.
- ¡No hagas eso!
- Anda... Que no te gusta que lo haga ¿verdad?
Ofelia se lo afirmó con un tierno beso...

Y lo que surgiese...

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El resto de la élite disfrutaba de una barra libre que había organizado en Tobago.
- Qué pena que Aleyt no haya podido venir.- Dijo Carol a Ana mientras cogían el enésimo vaso de calimocho.
- ¿Está bien?
- No se... Parece que un poco chof porque Nacho se fue.
- Joder, tampoco es para tanto. ¿Ves? Lo mejor es no tener a nadie, y tener a muchos jajaja.
- Sí, la verdad es que sí. Pero es que yo tampoco tengo a muchos... ¡Cohoné!
- Bueno, pues ahí te quedas, que ESE es mío.

- Dí que sí, a por él Ana...
- Joder, si que empieza bien la noche.- Dijo Vic metiéndose en la boca la caña de Carol y bebiéndose su vino disimuladamente.
- ¡Ehhh! No te lo bebas!
- Déjame en paz Cazurra...
- Jajaja, ¿y Louise?
- Enganchada a la Blackberry... ¡Es que mira que eres Cazurra... Vaya preguntas haces!
- ¡Que te jodan!
- ¿Le echaste el ojo a alguno?
- Puff, ahora todos me parecen más feos que picio...
- Vale... Espero a que bebas más, te caigas, y alguno que con la borrachera te parezca guapo se líe contigo, y mañana te des cuenta de que era como un troll y me ría de tí...
- Pero que zorra eres.
- ¡Es el amorrrr Cazu! Beibiiii, no puedo despegarte from mai maind! Me pongo creisi güen yu si...
- ¡Qué retrasada es!

No advirtieron esa escena hasta que Cutxi se les acercó...
- ¡Tías! ¡¡¡Mirad a Sara!!!

Carol y Vic no dieron crédito a lo que veían cuando apareció ante sus ojos la imagen de Sara metiéndole el pico a un chico del Menendez...
- ¡No me jodas!- Gritó Carol.
Vic agarró a Carol por la camiseta y le dijo:
- No... ¡No!... Mira... Mira... ¡AHÍ!
Justo al otro lado, la misma operación se repetía, pero con Ana.

La noche acabó con un montón de fotos subidas por Louise a tuenti desde su Blackberry del momentazo nocturno.

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Y con una pequeña sonrisa en los labios de Aleyt.

viernes, 28 de enero de 2011

TIRED. CHAPTER XIII. ¿SEPARACIÓN?


"Generalmente se encuentra en la naturaleza humana más de locura que de sabiduría."

Ana estaba muy agobiada con los exámenes... Veía que todo el mundo de su alrededor poco a poco se iba para casa y ella ni siquiera había empezado.
Temía quedarse sola en la residencia sin nadie con quien hablar...
Pero no tenía por qué preocuparse, porque Sara también estaba en la misma situación.
Llamaron a la puerta de la sala de estudio y una linda cara sonriente enmarcada en un pelo rubio oscuro se asomó.
- ¿Cómo lo llevas?- Preguntó Sara con los ojos cansados.
- Pues... Bien. Pero tengo mucho sueño.
- ¿Cuándo vas a irte a la cama?
- Depende. Últimamente tengo el sueño cambiado. Me acuesto a las 5 o las 6 y duermo toda la mañana. No sé, pero hoy tengo ganas de meterme en la cama ya.- Respondió Ana con un enorme bostezo.
- Son ya las 3 y media... Acuéstate y te levantas un poco antes ¿no?
- Prefiero seguir, ya he cogido ritmo.
- En ese caso, buenas noches. Mañana bajaré temprano a desayunar.
- ¿Tienes examen?
- Sí... A las 9. Espero que me salga decente jaja.
- Mucha suerte.

Sara cerró la puerta sin hacer ruido y, cuando iba a su habitación, oyó la voz de Ana. Volvió sobre sus pasos y abrió de nuevo la puerta de la sala.
- Por cierto... Aleyt me escribió en Tuenti. Me dijo que ya está por aquí y que si queremos dar una vuelta que pasemos por su casa mañana.
- Ah vale. Por mí bien.
- Así nos despejamos y vamos por el centro a ver tiendas... Y echáis un ojo a algo para regalarme por mi cumpleaños jajajaja.
- Mira, es una buena opción jaja. Buenas noches.
- Buenas noches.

Ahora sí, Sara se dirigió a su habitación. Al girar la llave, oyó unos pasos por el pasillo. "Oh no..." pensó. Y no se equivocaba. Sor Lulú andaba a esas horas vigilando el pasillo a ver si pillaba a alguien haciendo algo que, según ella, no debería de estar haciendo. La vieja monja entró al office, y se escuchaba ruido de tazas, cucharas... "Está como una puta regadera", pensaba Sara. Y la vio salir del office para dirigirse a la sala de estudio con un montón de cacharros sucios entre las manos. "Pobre Ana..."

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Carol disfrutaba de sus merecidas vacaciones en León.
El viento soplaba congelándote la nariz, pero daba igual, ella era feliz estando allí.
Estaba trasteando por el tuenti, cuando de repente sonó su teléfono móvil. Se extrañó al ver en la pantalla un número que no conocía, pero contestó.
- ¿Sí?
- ...
- ¡Ah! ¡Hola! ¿Qué tal?
- ...
- Me alegro. Dime...
- ...
- ¿Un favor? Pues... Claro, si puedo hacértelo.
- ...
- Jajajaja, entiendo... Vale.
- ...
- ¡De nada! Adiós.
- ...

Carol se quedó pensativa, a la par que extrañada, y decidió llamar a Aleyt.

Aleyt estaba en su cocina preparando algo de comer para ella y Nacho. Sonó el teléfono fijo, y a ella le extrañó, puesto que siempre que sonaba era para Silvia y ésta estaba en Cantabria.
- ¿Diga?
- Hola Cuenquitooooooooooooooooooo.
- Jajaja, hola Cazurrona.
- ¿Qué tal?
- Bien, aquí, preparando algo para comer, ¿y tú? ¿Estás ya congelada como Walt Disney?
- ¡Qué graciosilla estás hoy...!
- Solo me preocupo por tí. A ver, te llamo para preguntarte una cosa.
- Dímelo rápido que se me quema esto...
- Vale, ¿conoces alguna floristería cerca de tu casa o algo que no sea muy cara?
- ¿Una floristería? Pues... Sí bueno, cerca de la catedral hay una muy bonita.
- Ah vale. Bueno te dejo, ya te contaré para qué es que te veo liada.
- Vale, luego te llamo, ciaitooooo.
- Un beso, adiós.

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En la residencia Labouré los nervios cada vez estaban más crispados. Louise acababa de llegar y se dirigió a la habitación de Ana.
- ¡Hola!
- ¡Ey Louise! ¿Qué haces aquí?
- Nada he venido a por unas cosas y me voy jeje. Me está esperando Mario abajo.

Ana se extrañó.
- ¿Habéis venido aposta desde Santander a por algo?
- Sí, es que se me olvidó aquí el cargador del móvil...
- Ah joder jaja.
- Bueno, ¿qué hacéis aquí todas?
Louise se refería a la hermana de Ana, y otras dos chicas más de la residencia, novatas.
- Estábamos hablando de lo de anoche.
- ¿Qué pasó? - Preguntó Louise sin importarle que Mario la estuviera esperando.
- Pues nada tía, anoche Sor Lulú entró en la sala hecha una bestia a reñirme porque había una taza y una cucharilla sin fregar... ¿Pero tú te crees que es normal?
- Venga.... ¡Hasta luego! ¿Pero de qué van?
- Ya ves, yo estaba concentrada estudiando y me dio la noche. Y luego me saltó con que somos unas desastres, que no estudiamos, que no se qué...
- Estoy yo ahí... Y vamos...
- Ah, y a estas- Ana señaló a su hermana- las llamó ayer Sor Teté a su despacho para decirles que no las veía preparadas para vivir en una residencia. ¡Ah! Y que para limpiar conciencia podian bajar a la capilla... Jajajajajajajaja.
- ¡No me lo puedo creer!
- En serio. Igual Aleyt tiene razón... Deberíamos de ponernos de acuerdo y plantarles cara...
- Pues, quizá no sea todo lo malo. Lo hablaremos cuando estemos todas pero esto ya es insoportable.
- Ya ves. Bueno, pásatelo genial de vacaciones... ¡zorrón! jaja.
- Espero... ¡Adióoooos!